Los apóstoles dijeron: "Acrecienta nuestra fe". Y el Señor dijo: "Si tuviereis una fe tan grande como un grano de mostaza y dijereis a este sicomoro, "Arráncate y trasplántate al mar", él os obedecería". (Lucas, 17, 5)
Este es no sólo uno de mis pasajes favoritos de la Biblia, sino que es el que más tengo presente a diario en mi vida. Es como la promesa de Dios de darte todo lo que tu corazón desee con la única condición de que tengas fe en Él.
Puede que a veces desees algo con todo tu ser y no se te dé. Entonces te decepcionas y pierdes la fe. En ese momento no te das cuenta de que lo que deseabas no era lo mejor para tí y hasta habría resultado un obstáculo para que algo mucho mejor llegara a tu vida.
Sólo ten mucha fe, toda la que puedas, y confía en el Señor, tu Dios, que no abandona a los que esperan en Él.
Es mi humilde opinión, espero la tuya.
martes, 9 de octubre de 2007
El poder de la fe
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